En noviembre de 2017, la popular cantante australiana Sia tuiteó una foto de ella desnuda a sus 3.3 millones de seguidores. “Aparentemente, alguien está tratando de venderle a mis fans fotos donde salgo desnuda”, escribió. “Guarden su dinero, acá las tienen gratis”.

Aunque la respuesta de Sia fue original, el delito del que fue víctima es cada vez más común. La pornografía no consentida o el abuso sexual basado en imágenes –coloquialmente conocida como “pornografía vengativa”– es la distribución de imágenes sexualmente gráficas de personas sin su consentimiento y con la intención de perjudicarlas.

Ocurre con más frecuencia de lo que se cree, y no solamente a las celebridades. Cualquier persona que se haya tomado una foto íntima y la haya enviado o guardado digitalmente está en riesgo.

La Cyber Civil Rights Initiative (CCRI) en Estados Unidos ofrece apoyo a miles de víctimas de pornografía no consentida cada año, y aboga por un cambio legal, social, y tecnológico para evitar el abuso en internet. Su línea de ayuda para crisis ofrece consejería telefónica a las víctimas 24 horas al día, los 7 días de la semana.

La organización fue cofundada en 2013 por Holly Jacobs, víctima de pornografía vengativa, quien hizo pública su historia y ayudó a llevar la conversación a nivel nacional.

El año anterior, cuando buscaba aliados, Jacobs encontró un artículo periodístico titulado “Unwilling Avatars” [Avatares involuntarios] de la doctora Mary Anne Franks, profesora de derecho de la Facultad de Derecho de la Universidad de Miami. Jacobs contactó a Franks.

Dr. Mary Anne Franks
Dra. Mary Anne Franks. Foto de Gary D. James (usada con autorización).

“Holly me escribió sobre su experiencia como víctima de pornografía vengativa y me preguntó si podríamos reunirnos. Fue a mi oficina con un enorme archivador que documentaba todos los sitios web donde se habían publicado sus fotos, todos los mensajes de acoso que le habían enviado y todas las respuestas denigrantes que había recibido de los dueños de los sitios web a quienes les había pedido el retiro de su material”, dice Franks.

“Me conmovieron la valentía y la fuerza de voluntad de Holly, y sentí que si ella podía sacrificar tanto por esta causa, yo al menos podría ayudarla en lo que pudiese”.

La visión de Jacobs era crear el tipo de organización que quería que hubiera existido para ella. Franks se convirtió en cofundadora junto con Jacobs y otras tres personas, y ahora ejerce como Directora Legislativa y de Políticas de Tecnología de CCRI. Ha trabajado con legisladores en más de 20 estados de Estados Unidos para promover leyes que protejan la privacidad íntima y así combatir el acoso y el abuso en internet; y se ha reunido con empresas de tecnología como Google, Facebook, Twitter y Microsoft para analizar sus políticas con el objetivo de evitar el acoso en línea y la pornografía no consentida.

La línea de ayuda de crisis es un componente fundamental de su trabajo. “Las víctimas pueden sufrir de depresión y ansiedad, a veces lo suficientemente severa como para provocar pensamientos suicidas”, comenta Franks. “Muchas nos dicen que la línea de ayuda las acompañó en sus peores momentos y las ayudó a recordar que no tenían la culpa y que no estaban solas”.

A pesar de las trágicas consecuencias para las personas afectadas y sus familias, las víctimas de pornografía vengativa, principalmente mujeres, se sienten con culpa y enfrentan burlas; y el camino hacia una legislación significativa que proteja a las víctimas suele ser difícil.

En Estados Unidos, los editores de sitios web cuentan con importantes protecciones a la libre expresión que los libran de responsabilidades sobre el contenido que sea generado por el usuario. En este contexto, legislar es difícil y pedir a los proveedores de servicios en línea que retiren contenido de internet puede llevar a otros problemas.

Sin embargo, Franks dice que finalmente ha habido un cambio en las actitudes sobre la pornografía vengativa, y menciona leyes en Illinois, Israel, y un portal de información financiado por el gobierno para las víctimas en Australia.

Lectura adicional:

Cyber Civil Rights Initiative
Holly Jacobs: Victims of revenge porn deserve real protection [Las víctimas de pornografia vengativa merecen una protección real], The Guardian, 2013
Estados Unidos con leyes de pornografia vengativa