El acceso a internet no es universal ni igualitario.

En las regiones rurales y de bajos ingresos en todo el mundo, incluidas Europa y América del Norte, el acceso puede ser lento, escaso y hasta inexistente. Los Gobiernos y las empresas de telecomunicaciones a menudo consideran que expandir la infraestructura de comunicaciones es simplemente muy costoso o que no es prioritario.

Hasta en ciudades prósperas que presumen de altas velocidades de internet y disponibilidad para todos, los propios habitantes pueden verse sin servicio a causa de los altos precios.

Afortunadamente, desde la sociedad civil están surgiendo soluciones creativas. Y muchas de estas soluciones se pueden transplantar y agrandar, según se necesite.

El proyecto Gram Marg del Instituto Indio de Tecnología de Bombay espera conectar a miles de aldeas por todo India. Una de sus técnicas es aprovechar aquellos espectros televisivos que no estén utilizados para establecer una conectividad a internet de bajo costo y de gran alcance, la llamada 5G frugal.

“Nos dedicamos a entregar soluciones que abordan la eficiencia energética, la accesibilidad económica y el alto rendimiento”, dice el profesor Abhay Karandikar, quien lidera el proyecto. Gram Marg ya ha equipado con tecnología a 25 aldeas del distrito de Palghar, en Maharashtra.

En Sudáfrica, la entidad sin fines de lucro Project Isizwe despliega una red inalámbrica gratuita y rápida en comunidades de bajos ingresos a través de diversos modelos financieros: el acceso lo pueden subsidiar los Gobiernos municipales o se puede desbloquear si se ve el contenido de un auspiciador. En una comunidad, los vales para el uso de red inalámbrica se obtienen por medio del reciclaje de basura doméstica.

Alan Knott-Craig, fundador del Project Isizwe, cree que su enfoque se puede ampliar a todo el continente africano. “La red inalámbrica es la tecnología más accesible del mundo si se quiere reducir el costo del acceso a internet”, dijo en Mozfest en Londres en 2017.

Un informe de Internet Society de 2017 también ve que existe potencial para que el alcance de las redes comunitarias se expanda por todo África. En su investigación de diez redes diferentes en ocho países africanos, destacan grupos como BOSCO-Uganda, que opera una red de estaciones de internet y centros de capacitación digital en comunidades remotas que se recuperan de la guerra.

Otra creación se ha afianzado en Chattanooga, Tennessee, en Estados Unidos. “La mayoría de los servicios relacionados con internet estaban controlados por dos gigantes: Comcast y AT&T”, dice el exalcalde Ron Littlefield. “En ese ambiente monopólico, los clientes estaban constantemente a la defensiva”. Eso cambió en 2010, cuando la Comisión Eléctrica de Chattanooga, un servicio público eléctrico de propiedad de la ciudad, instaló cables de fibra óptica y empezó a ofrecer internet de gran velocidad. Como resultado, el acceso a internet ahora funciona más como un servicio público, y sirve a casi 200.000 hogares y empresas en Tennessee y Georgia.

Las redes comunitarias recién están empezando. En todo el mundo hay desafíos, como la feroz oposición de los actuales proveedores y reguladores de internet. Pero también hay novedades positivas, como la legislación que apoya a las redes comunitarias de banda ancha. Si los Gobiernos, las comunidades, la industria y los técnicos —con apoyo del sector académico y la sociedad civil— trabajan juntos para tener una mayor conectividad, pueden ofrecer una alternativa realista a quienes carecen de acceso a internet.

Lectura adicional:

Supporting the Creation and Scalability of Affordable Access Solutions: Understanding Community Networks in Africa [Apoyando la creación y el aumento de soluciones de acceso asequibles: Entendiendo las redes comunitarias en África], Internet Society, 2017
Mapping Broadband Availability in American Neighborhoods [Trazando un mapa de la disponibilidad de banda ancha en los barrios estadounidenses], Brookings, 2017
Community-Owned Fiber Networks: Value Leaders in America [Redes de fibra óptica comunitarias: Líderes de valor en Estados Unidos], Berkman Klein Center para Internet & Society, 2017