Muy pocos grandes jugadores dominan gran parte del mundo en línea, pero internet es más saludable cuando son muchos los que la controlan.
Se puede rastrear el origen de muchos desafíos que enfrenta ahora la salud de internet al hecho de que los productos y servicios digitales más omnipresentes están controlados por apenas unos cuantos actores.
En el último año, el debate sobre esta consolidación de poder ha continuado, se ha agudizado y, en algunos casos, se ha complicado.
El mundo digital está dominado por ocho empresas estadounidenses y chinas: Alphabet (empresa matriz de Google), Alibaba, Amazon, Apple, Baidu, Facebook, Microsoft y Tencent.
Estas empresas y sus subsidiarias han tomado el control de internet. Dominan todas las capas del mundo digital, desde motores de búsqueda, navegadores y servicios de medios sociales que muchos usamos a diario, a infraestructura central como cables submarinos y computación en la nube que pocos usamos. Han construido sus imperios vendiendo nuestra atención a anunciantes, perturbando modelos de negocios y creando nuevos mercados en línea, y diseñando hardware y software que ahora están profundamente integrados en muchas de nuestras vidas. Su influencia aumenta constantemente en nuestra vida privada y en espacios públicos. Si tropiezan, podemos sufrir grave daño.
Un saludable equilibrio de poder en nuestro sistema de internet global depende de una delicada interacción entre Gobiernos, empresas y sociedad civil. Necesitamos normas de competencia efectiva e interoperabilidad técnica ––entre los productos de empresas diferentes–– para garantizar que internet crezca y evolucione de formas que atienda las variadas necesidades de la gente alrededor del mundo.
Multas por infringir las leyes antimonopolio, como la multa de 5000 millones de dólares que los reguladores de la Unión Europea impusieron a Google en 2018, no han tenido el efecto necesario para garantizar un futuro balanceado y abierto.
Muchos están explorando por su cuenta alternativas a una internet impulsada por los intereses de gigantes corporativos. Están surgiendo nuevos modelos de negocios que buscan distribuir el control entre los usuarios, incluyendo plataformas de cooperativismo y propiedad colaborativa.
Comunidades dinámicas de innovadores están trabajando para crear alternativas a sistemas centralizados mejorando la conectividad local, volcándose a productos y protocolos descentralizados y hasta creando alternativas independentes a publicar en las plataformas de las grandes empresas de tecnología.
Desde el comienzo, internet ha permitido que las personas desafien a la autoridad, cambien los modelos de negocios tradicionales y creen mayor transparencia, apertura y rendición de cuentas. Pero esta visión alborotadora para bien de internet no es algo que podamos dar por sentado.
Todo el que use internet tiene interés en su futuro. Desde funcionarios municipales a profesionales técnicos, hasta la generación de usuarios de internet del mañana.
Para lograr una internet en que realmente haya opciones, debemos apoyar productos que diversifiquen el mercado, y leyes y políticas que protejan a los usuarios y fomenten una competencia saludable. Debemos unir fuerzas e impulsar acción ciudadana, investigación e innovación para construir una internet más saludable.
¿Qué es importante para ti sobre esto?
Difícil es dejar de apoyarnos en grandes empresas conocidas, y dejar que pequeños grupos privados, civiles o creaciones individuales realicen nuevos proyectos, ya que no sabemos que tanto soporte nos darán, o si realmente lo hacen por el bien de Internet.
Eso es básicamente porque las grandes empresas siguen en el top, entra el viejo dicho: Más vale malo por conocido que bueno por conocer.
Como saber quien de los nuevos realmente va por descentralización la salud y la libertad en Internet, no dudo que los haya, pero. Como saber con quien contar?