Entender el problema

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Internet tiene el potencial de ser un lugar donde podemos vivir, amar, aprender y comunicarnos libremente. Para ser nosotros mismos, necesitamos poder confiar en los sistemas que nos protegen.

En el último año, ha ocurrido un cambio estructural en la conciencia pública sobre privacidad y seguridad en el mundo digital. Algunos incluso lo llaman el “gran despertar de la privacidad”.

En 2018, se difundió la noticia de que Cambridge Analytica, empresa de análisis de datos, había recolectado datos de millones de usuarios de Facebook sin su conocimiento y los había usado con fines políticos — incluidos intentos de influenciar en elecciones en el Reino Unido y Estados Unidos.

La indignación pública fue rápida y generalizada. Alzaron vuelo las campañas para hacer que Facebook sea privada por defecto y para pedir a los usuarios que eliminaran totalmente la plataforma. Casi tres cuartas partes de estadounidenses y canadienses informaron haber reforzado su seguridad en Facebook o haberse distanciado totalmente del sitio. Facebook pasó por interrogatorios en el Congreso estadounidense y la Cámara de los Comunes de Canadá, recibió multas en el Reino Unido y demandas en el Distrito de Columbia. Las acciones de la empresa se desplomaron.

Todo esto fue un síntoma de un problema sistémico mucho mayor: el modelo de negocios dominante y la moneda del mundo digital de hoy se basa en recopilar y vender datos sobre nosotros.

Nuestra era digital rica en datos tiene algunos beneficios. Los servicios de transmisión de música recomiendan canciones basándose en lo que has escuchado. La tecnología de reconocimiento de voz disminuye las barreras para acceder a internet. Los planificadores urbanos tienen acceso a más datos. Y aún así, a medida que los dispositivos en nuestras calles y nuestros hogares reúnen más datos, hay una pregunta fundamental que permanece: ¿estamos demasiado expuestos?

¿Nuestro conocimiento se extiende a tomar decisiones informadas sobre pruebas comerciales de ADN? O a las configuraciones de privacidad para aplicaciones y servicios en línea. Debemos conocer los riesgos de los ataques de ransomware, por qué son vitales las contraseñas fuertes y cómo juzgar la seguridad de los dispositivos que compramos.

También podemos apoyar productos y servicios que protegen y respetan nuestra privacidad — como los navegadores Tor y Firefox — y exigir que otras empresas lo hagan mejor.

Pero la responsabilidad de una internet saludable no puede quedar solamente en los hombros de las personas. En 2018, millones de personas se vieron afectadas por fallos en Google, Facebook, Quora, Marriott y muchas otras. Más de mil millones de usuarios indios estuvieron en riesgo por una vulnerabilidad en Aadhaar, sistema estatal de identificación biométrica. Proveedores de telecomunicaciones, como Telus, AT&T y Sprint, fueron sorprendidos cuando vendían datos de ubicación de sus clientes. Necesitamos más protección de empresas y Gobiernos.

También hubo puntos positivos en el último año. El Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea (GDPR) entró en vigencia, y organizaciones de derechos digitales están colaborando para garantizar que se aplique. La presión del público causó que varios juguetes susceptibles de ser hakeados se retiraran de la venta.

Mark Zuckerberg afirmó recientemente que está comprometido con una “visión centrada en la privacidad para las redes sociales”. Pero Facebook también está bajo investigación penal por acuerdos para compartir datos con empresas que incluyen a Amazon, Apple, Microsoft y Sony. Se van a necesitar más que palabras para reconstruir la confianza que se ha perdido, no solamente hacia Facebook sino a todo internet.

Los llamados a mayor regulación de la privacidad aumentan alrededor del mundo, algunos inspirados por la idea de que las empresas deberían tratar nuestros datos con el mismo cuidado con que un banco trataría nuestro dinero.

El debate sobre el modelo de negocios dominante de internet — y sus consecuencias para la privacidad y seguridad de nuestras vidas digitales — sin duda continuará en los años por venir. Así, es importante que recordemos que la realidad actual es una creación humana, no una inevitabilidad tecnológica. Construimos este mundo digital, y tenemos el poder de cambiarlo.

¿Cuál es tu interés en este tema?

  1. Alfonso Moreno

    Ante cualquier tema, lo primero y de mayor importancia es comprender el problema.

    Pero aún, antes de ello, es de hacer llegar la información a la mayor cantidad de personas posible. Muchas personas están conscientes en menor o mayor medida de lo que implica que el uso del internet y por ende de sus datos personales, en un sentido y en otro.

    Desafortunadamente la mayoría no se interioriza o se informa muy superficialmente.

    La iniciativa de Mozilla en este sentido es loable y aporta en detalle lo que significa el uso de internet.