Las personas quieren controlar qué información comparten, pero no pueden.
Los sistemas digitales comparten nuestras preferencias personales en internet con… en realidad no lo sabemos. Una investigación en Estados Unidos muestra que la privacidad en línea es “muy importante” para las personas, incluso cuando no tienen las habilidades para protegerse. Las percepciones varían en diferentes lugares, pero si podemos sacar provecho de la opinión pública para mejorar los derechos de privacidad, hay esperanza.
Cerca de un tercio de la población mundial todavía no tiene derechos de protección de datos.
Casi la mitad de los países, incluida la mayor parte de Asia, África y Estados Unidos no tiene leyes generales que definan derechos de privacida o reglas de trato equitativo de datos personales. La Unión Europea tiene protecciones fuertes, y las leyes nacionales en muchos otros países están próximas.
Muchos más sitios web encriptan ahora el tráfico web con HTTPS.
El candado en la barra de direcciones de tu navegador está viendo más acción, pues cerca del 50% de las páginas web ofrecen ahora conexion seguras (comparado con el 40% a inicios de 2016). HTTPS ya no se limita a la banca y las compras. Toda la navegación web debería estar encriptada.
Las filtraciones afectaron a cientos de millones de cuentas entre 2013 y 2016.
Cuando la información es robada, a veces no se sabe hasta que la información de inicio de sesión, contraseñas y otra información personal salen a la venta en línea. Las filtraciones están aumentando y se están haciendo más frecuentes. ¿Tenemos una epidemia de seguridad? En diciembre de 2016, Yahoo informó de la mayor filtración en la historia: 1,000 millones de cuentas.
Las filtraciones en los sectores de salud y médico aumentaron en los tres últimos años.
Si los números de Estados Unidos sirven de algo, podemos ver el riesgo de que nuevos sectores adopten más tecnología sin tener siempre la experiencia necesaria seguridad o los prespuestos. Hay grandes oportunidades para gestonar mejor los servicios de salud gracias a internet, pero también hay enormes riesgos personales a escala global. ¿Quién evalúa las ventajas y desventajas?