Enseñando encriptación en Harlem

CryptoHarlem enseña tácticas de privacidad a los habitantes de comunidades negras en Nueva York.

Matt Mitchell es un periodista de datos con un currículum impresionante: CNN, AOL, The New York Times. Pero durante tiempo que pasó en salas de redacción, a menudo se encontraba ejerciendo un rol que iba más allá de narrador o ingeniero.

“Escuchaba hablar a los demás: ‘¿Cuál es la mejor manera de proteger esta información, o una fuente?’”, recuerda Mitchell.

Con demasiada frecuencia, también escuchaba respuestas alarmantes con recomendaciones inútiles y deficientes. Así que Mitchell intervenía, y prestaba sus conocimientos en seguridad digital. La audiencia aumentaba rápidamente.

“Por lo general, esa conversación llevaba a que otro reportero se parara y tomara notas, y después otro”, dice Mitchell. “Y pronto teníamos un círculo. Entonces pensé: Vaya, esta es una necesidad grande .”

En 2012 —poco después de la muerte a balazos del adolescente negro desarmado Trayvon Martin en Florida— Mitchell se sintió obligado a ampliar su audiencia. “Pensé: hay algo que puedo hacer en mi comunidad, Harlem, para ayudar a entender los problemas de vigilancia y justicia penal”.

Poco después, Mitchell lanzó CryptoHarlem: un taller mensual de tres horas de duración que se lleva a cabo en The Harlem Business Alliance en el Boulevard Malcolm X en el norte de Manhattan.

CryptoHarlem brinda a la comunidad asesoría y asistencia gratuita relacionada con la privacidad en línea y la seguridad. Mitchell se inspiró parcialmente en CryptoParty, serie de acontecimientos globales que enseña al público en general sobre criptografía.

Mural en edificio de Harlem, Ciudad de Nueva York, 2016 © Joe Schumacher en flickr (usada con autorización).

“Es como una clínica de vigilancia”, dice Mitchell, y equipara su formato a la clínica dental móvil de la ciudad, que lleva atención odontológica a barrios que no cuentan con servicios adecuados. “[En cambio], traes tu computadora portátil y tu teléfono y tu curiosidad, y contestamos tus preguntas”.

Cada sesión de CryptoHarlem tiene unos 50 invitados, cuenta Mitchell, que incluyen adultos mayores, madres y estudiantes. Las clases de Mitchell suelen empezar con nociones básicas de privacidad y seguridad: “Incluimos navegación Tor y sus ventajas”, explica Mitchell.

“Abarcamos numerosas preguntas móviles”, continúa, y señala que muchos miembros de la comunidad usan smartphones, no computadoras portátiles ni tabletas, para acceder a la web. Y Mitchell también enseña mensajería confidencial, correo electrónico encriptado y otras medidas de seguridad móvil.

Enseñar privacidad en Harlem es de alguna manera urgente, dice Mitchell, porque las poblaciones minoritarias en la Ciudad de Nueva York a menudo son objeto de vigilancia masiva: micrófonos, cámaras de seguridad y dispositivos de vigilancia telefónica están por todas las esquinas; es común ver torres SkyWatch y raudales de luces funcionan durante la noche.

Ya antes, Mitchell enseñó privacidad y seguridad a grupos que veían la vigilancia como un concepto abstracto o cuestionaban la necesidad de las herramientas de encriptación. “Esas son preguntas que nunca me hacen en CryptoHarlem”, señala Mitchell. “Van más por el lado de: ‘Oye, no puedo comprar una bolsa de papas fritas sin parecer sospechoso’”.

Recientemente, Mitchell le enseñó a una septuagenaria la aplicación de mensajería encriptada Signal. “Me dijo: ‘va a ser difícil usar esto’”, recuerda Mitchell. Pero luego de una breve instalación y recorrido por la aplicación, rápidamente quedó convencida.

“Enviaba mensajes de texto y llamadas de voz encriptadas en diez minutos”, refiere Mitchell.

Cuando sus vecinos entienden la encriptación, se sienten fortalecidos. “Tener algo que permita ser expresivo sin sentirte amenazado o asustado —eso emociona a las personas”, dice Mitchell.