Construyendo una mejor cadena de bloques

Expandiendo las oportunidades para un internet impulsado por los usuarios.

Imagina sistemas bancarios, redes sociales y hasta organizaciones públicas que sean completamente autónomos, transparentes y que no sean propiedades individual. Ningún prestamista podría generar una crisis de hipotecas. Ningún gobierno podría suspender un servicio.

Este sueño es parte de lo que motiva a nueva generación de programadores de software que están aprovechando el éxito de la criptodivisa Bitcoin para crear mayores aplicaciones para la tecnología subyacente.

Bitcoin se basa en el concepto de computación de “cadenas de bloques”. Las cadenas de bloques son bases de datos en redes de cómputo entre pares (donde las máquinas unen sus potencias) hechas de entradas con registro de hora llamadas “bloques” que están encriptadas y son invariables, y describen transacciones como transferencias de dinero. Ninguna persona ni sistema posee anotaciones de todas las transacciones, y nadie puede falsificar una transacción, porque todos en la red ayudan a validar y manejar la base de datos. En resumen: la propiedad está descentralizada, y la seguridad está reforzada.

En 2013, programador y escritor, Vitalik Buterin se preguntó si se podría usar la tecnología de cadenas de bloques para toda clase de aplicaciones en línea, no solamente para criptodivisas o transferencias de dinero. No fue el primero ni el último en evaluar cómo hacerlo, pero ayudó a plantear uno de los usos más importantes de los bloques de cadenas no relacionados con dinero. El proyecto de Buterin, Ethereum, fue lanzado en 2015 bajo la administración de la Fundación Ethereum, entidad suiza sin fines de lucro, para explorar mayores posibilidades de potencia informática descentralizada.

Vitalik Buterin, inventor de Ethereum, en una activdad en Toronto, Canadá (abril de 2014). Foto de Duncan Rawlinson (CC BY-NC 2.0).

Ethereum creó la criptodivisa “ether”, la segunda más valiosa después de Bitcoin, y también facilita el desarrollo de aplicaciones descentralizadas (dapps) que se pueden usar para todas las transacciones automatizadas entre personas, y hasta entre objetos, sin intermediarios. Por ejemplo, la puerta de un departamento rentado que se abre sola cuando pagas.

Estas transacciones son realizadas por “contratos inteligentes” que ejecutan comandos según reglas escritas y repartidas en la cadena de bloques de Ethereum.

Una empresa que está elaborando ambiciosas dapps es ConsenSys, fundada por Joseph Lubin, que colaboró con Ethereum en sus inicios. Además de los conceptos de banca y finanzas descentralizadas, ConsenSys trabaja en un sistema de identificación descentralizada llamado uPort que brindaría una prueba de identidad verificable, incluso sin un documento expedido por el gobierno.

“uPort se pregunta: ¿cómo pueden beneficiarse de estas tecnologías las personas más desfavorecidas?”, dice Rebecca Mirigov, jefa de comunicaciones de ConsenSys. “uPort puede ser increíblemente útil en el caso de la crisis de refugiados para poder verificar la identidad. Tenemos muchas posibilidades de dar capacidad de acción a quienes se han visto postergados por la geopolítica”.

A pesar de las nobles promesas de seguridad absoluta, uno de los proyectos distintivos de Ethereum, la Organización Autónoma Descentralizada, plataforma de colaboración colectiva que recaudó más de $150 millones, fue interceptada en junio de 2016, como resultado de un contrato inteligente mal redactado.

Los aficionados insisten en que esos ataques fortalecen las defensas de Ethereum, que se evidencia en los altos niveles de investigación y sugerencias sobre cómo evitarlos en el futuro.

Dado que internet ha evolucionado en las tres últimas décadas, solamente algunas corporaciones como Amazon, Google y Facebook se han convertido en principales centros de contenido, comercio e interacción. Algún día, las aplicaciones descentralizadas podrían representar un desafío a la concentración de la información en línea, en beneficio de una “internet más accesible mundialmente, más libre y más confiable”, tal como la Fundación Ethereum describe su propia misión.