La alfabetización digital está al alcance de nuestras manos. Constantemente nos adaptamos a nuevos software y hardware, en casa y en público. El diseño intuitivo posibilita que cientos de millones de personas usen su primer smartphone sin manuales y, en algunos casos, sin tener la capacidad de leer.
Pero las habilidades básicas que adquirimos sobre la marcha no nos brindan todo lo que necesitamos para aprovechar las oportunidades – y evitar los riesgos – de la vida digital. Quienes recién se conectan tienen una larga lista de cosas que aprender, y a veces hasta los expertos necesitan instrucciones de cómo hacer que las cosas funcionen en la web.
Adquirir una amplia gama de habilidades necesarias para leer, escribir y participar en nuestra mundo digital requiere dedicación. Los conocimientos técnicos como la codificación son importantes, pero no son suficientes.
También necesitamos poder analizar críticamente la información que vemos en línea, como quedó claro el año pasado tras el desastre de las “noticias falsas”. Hasta los jóvenes que son “nativos digitales” no saben automáticamente cuándo hacer preguntas o cómo validar lo que ven.
Las plataformas pueden ofrecer más transparencia sobre de dónde viene el contenido y apoyar estudios para mejorar la “salud conversacional”, pero personas y comunidades también deben saber cómo pueden estar seguros en línea. Es especialmente urgente para personas en riesgo de ciberacoso, acoso y persecución por parte del Gobierno, pero cualquiera puede terminar siendo vulnerable. Si usas una de las contraseñas que se usan más comúnmente, tu información personal y financiera ya está en riesgo. ¿Estamos nosotros, y nuestros hijos, tan seguros como podemos estar?
¿Sabes cuándo apagar tu pantalla? En 2017, las empresas de tecnología enfrentaron críticas del sector por lograr que nos conectáramos tan eficazmente a sus servicios. Las aplicaciones con las que pasamos gran parte de nuestro tiempo no siempre nos dejan contentos, pero seguimos haciendo clic y deslizándonos por la pantalla.
En todas partes, las personas necesitan todos estos conocimientos y más para participar de mayores discusiones sobre las estructuras económicas y la dinámica del poder de la web, que afectará nuestra vida. Necesitamos contar con una alfabetización digital universal. Necesitamos apoyar a los educadores, y también enseñarnos entre nosotros. Se está volviendo más vital a medida que más personas se conectan en línea en todo el mundo, todos los días.